27/5/07

El báculo de Asclepio

Raros y preciosos se han vuelto los ratos que no paso con los textos sobre los que estudio bajo los ojos o entre las cejas. No obstante, cada día que pasa se me antojan más y más preciosos (más que algunos de los primeros) los que sí que paso en las mentadas condiciones! Ya que suelo escribir aquí sobre cosas que son importantes a mi juicio, por qué no hacerlo sobre el campo al que más esfuerzo activo dedico?
Aquellos que me conocen desde hace algún tiempo saben que, en un principio, era mi intención estudiar Física. Desde pequeño -tras fases de astronauta, inventor y cazador de conejos- pensé en dedicarme a una Ciencia pura. Siempre me sedujo el trabajo de despacho y pizarra, de pipetas y matraces, de profundas reflexiones en distraídas deambulaciones. Hacer frente a enigmas universales e intemporales, y explorar -y, por qué no? tratar de expandir- las vanguardias del saber humano. A lo largo de los años, inquietudes personales y algún profesor simplemente extraordinario hicieron que muchas de aquellas ideas vagas y emocionantes tomasen forma en mi mente. Al comenzar Segundo de Bachillerato, orienté mi itinerario para entrar en Física.
El curso no distaba de mis espectativas; y, si bien eran difíciles, las asignaturas de Física y Matemáticas se hacían día a día más bonitas. Sin embargo, otros factores comenzaron a condicionar mis aspiraciones hacia mediados del segundo trimestre. Un cúmulo de circunstancias personales (que en realidad para variar no voy a contar para evitarte bostezos innecesarios) me llevaron a reconsiderar una opción que, si bien no del todo descartada y siempre latente, había relegado aquel año a un segundo plano. Puse una nueva decisión en conocimiento de la jefatura de estudios. Por suerte, me concedieron un poco habitual cambio de itinerario. El "segundo cuatrimestre" del curso lo inicié con orientación Biosanitaria. Quería estudiar Medicina.
Hoy, no me veo cursando ninguna otra carrera. Los dos primeros cursos fueron, sin duda, algo ásperos. El primero, muy poco clínico. El segundo, no lo suficiente para compensar el volumen de contenidos. No obstante, cada día que pasa desde que pisé la Facultad estoy más contento con aquel golpe de timón.
Y lo cierto es que ahora, en tercero, lo que se dice pisarla la piso más bien poco. No suelo asistir a clase (aunque sí a prácticas, por supuesto), porque prefiero preparar día a día la materia de estudio con libros y apuntes de fotocopiadora que copiar el temario en clase (a veces sentía que no era muy distinto a los dictados y copias de Primaria). No obstante, cada mañana que paso en la Biblioteca estoy más enamorado de esta carrera. Y es que tercero, sin duda, es un curso precioso. Las espectativas para los cursos siguientes son aún más altas.
Ahora, con la presión de los exámenes y las últimas prácticas, estoy alto de ánimos. Apuntes interesantes, técnicas, alguna que otra consulta... Un gran año, sin duda. Puede que esté en la fase maniaca de mi trastorno bipolar, pero ultimamente veo las cosas de forma bastante optimista, pese a las dificultades del momento. Estoy junto a la mejor persona imaginable, tengo un entorno amistoso, estudio cosas maravillosas y, si todo va bien, creo que se abre ante mi un futuro estimulante emocional e intelectualmente hablando. Sí. Me reitero en lo dicho previamente. Soy un hombre afortunado.
Blogger: Moreloth

2 comentarios:

Zanthia Khalá dijo...

Uff, época de exámenes; que asco, oche. Mucha suerte

CosaRara dijo...

hola









pd. ganas de matar aumentando....

pd2...matar a profes claro ....

pd3...sobre todo a una....

pd4.....3 semanas mas de examenes....

pd5. vais a morir todos MUAHAHAHAAHAH