30/9/07

Terror en la carretera

He vuelto de Granada. Por Dios, a todo bicho viviente que no luzca un pene, por favor, que se abstenga de subirse a un autobús de ALSA. Cuando leáis el post lo entenderéis.

Por cierto, este post es largo de la releche. Quien avisa no es traidor XD.

Intento pasar mis últimos buenos momentos con Loth antes de coger el autocar, intentando seguir en un estado de ánimo óptimo y no pensar en las nauseabundas emanaciones que exhalan los autocares en la estación. Besitos, saltitos, cancioncillas y abracitos... nos venden una pulsera de cuero por 2€ (cada día está más cara la venta ambulante). Besitos, saltitos, cancioncillas y abracitos... llega el autobús con media hora de retraso y meto las cosas en el maletero, intento ayudar a una mujer a poner su equipaje y me mira con cara de "¿que cojones estás haciendo?". Y otra vez besitos, saltitos, cancioncillas y abracitos... hasta que subo en el autocar. Loth se hace paso entre el pasillo a reventar de gente para darme las gafas que me había dejado en el bolsillo de su chaqueta. Este será el último contacto con su preciosa mano de niña y con él de hecho. Al salir del autobús aún tengo tiempo de verlo unos segundos y por señas le pido que me llame. Enciendo el móvil, en el que a penas hay batería, lo justo para decirle que no me habían dado el asiento en ventana después de haber pedido "por favor" a la señora/ita que me dio el billete que mirase si había uno libre (que los había). Pues nada, a través de un señor con collares de oro, barrigón y con un perfume a tabaco que hubiese repelido incluso a un carretero, hacía señas a mi Cosa y le mandaba besitos.
Sale el autocar y me mantengo sentadita en mi puesto, con los zapatos calzados aún y el cuello torcido. A la primera parada de 5 minutos el señor-colilla de mi lado, al que había informado de la mala gaita de la empleada de Alsa a la que había pedido un asiento en ventana, baja a fumar (previsible). Aprovecho el momento para salir de donde estaba y ocupar 2 sitios libres que había un poco más atrás... y al hombre-colilla no se le ocurre nada más que irse de su asiento (¿lo habría incomodado? Ni lo sé ni me importa demasiado). Okupo sin contemplaciones el reposa-culos de la colilla humana. Me quito los zapatos, me espachurro en "la butaca", pongo la cabeza como y donde puedo. Observo triunfante que mi nuevo asiento es el 42.

El paisaje que puedo ver (es de noche y no se ve casi nada) es precioso. La luna es grande y amarilla, cubriéndose levemente por un velo de nubes de forma intermitente. El mar de olivos cuya silueta es recortada por la suave y amarillenta luz de la luna está ante mi. Hace años me impresionó muchísimo ver los latifundios andaluces, acostumbrada como estoy a ver los cultivos entre "marges" (no sé como decirlo en castellano, la traducción chapucera vendría a ser "márgenes"), cuya delimitación se ve a simple vista y es prescindible la ayuda de una avioneta o un satélite, casi siempre se ve un bosque detrás. El autobús recorre kilómetros y kilómetros de campos de olivos que a pesar de su belleza me inquietan, pues para la vuelta a Barcelona no recordaba haber hecho nunca ese trayecto.
Hacemos una parada de 40 minutos para cenar. Aviso a la chica que tengo detrás mía (está dormida, es coreana y no sabe castellano ergo no se ha enterado de nada). Entramos en el bar del hotel enfrente del que hemos parado, nos sentamos y saco mis galletas con chocolate y la botella de agua. Le digo en mi oxidadísimo inglés que no sé donde estamos. No me entiende o me ignora. Se lo repito al cabo de un rato y le añado que nunca había hecho esta ruta. Estoy nerviosa y empiezo a notar como un escalofrío me recorre la espalda hasta el cogote... ¿y si me he equivocado de autobús? Sin móvil y perdida al otro lado de España. Me saca un horario del bolsillo... el autobús de las 20:15 pasa por Jaén y Albacete (se ve que es más directo). Dios que susto, suerte que me lo dijo, que sin Biodramina y con incertidumbre, dormir en un autocar en un viaje de unas 14 horas es aún más difícil de lo que uno se cree y normalmente al trayecto lo acompañan retortijones y sudores fríos nada recomendables para alguien que se marea. Durante la "cena" (en que no comimos nada ninguna de las dos), comentamos el amontonamiento de pies de un desconocido en su asiento. Hasta que no supe que en el asiento de detrás se amontonaban unos 4 pies, dos de ellos callosos, con juanetes y apestosos, creía que la apestada era yo, otro susto menos. Pobrecica.
A los cuarenta minutos subimos al autocar otra vez. Me despierta un hombre cuando llegamos a Albacete... pierdo la postura perfecta que acababa de encontrar, y me pide que retire la mochila, que quiere sentarse, por suerte no se enfada conmigo por haber ocupado su sitio. Luego se irá a otro asiento okupando como yo 1 par de sillas/butacas (tened en cuenta las horas de viaje y el poco espacio en los autobuses baratos de Alsa). Hasta ahí suena moderadamente horrible.
Nada a comentar hasta Valencia. Si todo lo demás más o menos era aguantable y en cierta medida incómodamente normal, ahora viene el plato fuerte. Un energúmeno descubre mi existencia. Hay sitios dobles a ambos lados del autocar. El individuo en cuestión, pero, busca una víctima y okupa con los agravantes de nocturnidad y alevosía el asiento destinado a poner los pies de Aighash en algún sitio que no sea su cogote (algo posible pero molesto). Esta especie de ser que lo que más le define es su condición de macho, cree que en este país las chicas son casi como las putas: les dices cuatro cosas y te las llevas al catre. La diferencia básica es que no hay que pagar. Aighash intentando dormir a pesar de los miasmas que emanan de la boca de un desconocido que le pregunta: si tiene padre, madre, hermanos, donde vive, si estudia, que estudia, de donde viene (la respuesta fue "de ir a ver a MI NOVIO", aunque se ve que no le quedó muy clara)... Y el autobús para. Me calzo y cojo la mochila para sentarme en otro sitio. Pido que me deje pasar al espécimen inferior que me está tirando los tejos. El muy animal de bellota me dice que aún no estamos en Barcelona. Le digo que quiero dormir y que hay otros sitios en el autocar con dos asientos donde poderlo hacer. Intento añadir con la mirada de odio: donde TÚ no estés dándome por saco. A lo que ese ser inmune a miradas fulminantes responde empleando su regulero castellano: ¡Ah, quieres estar sola para dormir! Sí, a las 4 o 5 de la mañana y sin ningún otro entretenimiento que no sea tener que oír a según que animal de más de 40 años ligando con una chica (pequeñita y mona -_-...) de 20, es lo que tenía pensado hacer, que quieres que te diga. El sujeto, muy caballeroso él se cambia en el asiento de enfrente mía... mirándome fijamente todo el rato a ver si yo volvía a abrir los ojos y poder darme la lata otra vez aprovechándose de que no tengo escapatoria. Pero tengo padres, un hermano, y sobretodo, mi abuela vive en mi casa, sé tener los ojos entornados viendo a ese ser detestable escudriñándome y aún más importante, sé hacerme muy bien la dormida. Supongo que se quedó frito, francamente, no tenía ganas de controlar a ese indeseable todo el montón de horas que le quedaban aún al viaje e intenté dormir un buen rato.
Son las 7 de la mañana y llegamos a la estación de servicio de la Aldea, en el Delta de l'Ebre. Vamos la chica de detrás mía y yo a "desayunar", ninguna de las dos tiene hambre y le comento que desde Valencia tengo un tío al lado dándome el tostón. Aprovechamos que tenemos al conductor cerca para comunicarle que nos estamos helando. Tengo que hacer de interprete, mi inglés es malo, pero junto al de mi compañera de viaje, es el mejor que había por allí. El inglés del resto de gente era el "hablo-despacio-y-a-gritos-pa-que-mentienda", con que la chica (de la que no recuerdo el nombre, más que se apellidaba Lee) después de cada grito se quedaba mirándome con cara de "¿pero-que-me-ta-diciendo-este-tío?". En fin, un poco cruz, porque yo no acababa de entenderla, ella no acababa de entenderme a mi, y el conductor solo me entendía a mi. Le dije que apagara el aire, le dije a Lee lo que acababa de decir y la continuación del viaje fue húmeda (había una niebla que no se veía NADA) y caldeada por un montón de gente respirando en un cubículo demasiado pequeño.
Pero no solo fue caldeada. El ser tocapelotas ahora tenía la certeza de que yo estaba despierta, así que volvió a la carga. Me preguntó por toda mi familia, por mis amigos, por mis aficiones y predilecciones. Para que se diese un poco por vencido hacía como que no me enteraba. Me empieza a preguntar el móvil y por supuesto aún me hago más la tonta. Le digo que no tiene batería y que no me lo sé. Pero no se da por vencido, me pregunta si dentro del móvil tengo la tarjeta, donde lógicamente vendría el número de mi teléfono. Cojo el teléfono como diciendo: ¡Oh!¡Buena idea! Abro mi móvil, saco la batería, veo mi tarjeta intacta en su sitio... y pongo mi cara de "oh-Dios-mío-me-he-dejado-la-tarjeta", una dramatización perfecta. Mi cara de angustia y desasosiego coló, mi voz casi en un llanto diciendo que me había dejado la tarjeta en casa de MI NOVIO le demostró que no mentía como una vellaca. Mi "joder, tendré que duplicar la tarjeta" con cara de fastidio coló de una forma asombrosa. Pero como seguía haciendo como que lo que me decía no lo entendía para que pasara de mi, para que yo lo oyese mejor, volvió a ponerse a mi lado a decírmelo bien cerquita de la oreja. Le dí una tarjeta de metro usada porque estaba empeñado en darme su número, le dejé un boli y lo apuntó. Para decirle un "seguramente no te llamaré" le enseñé el follón de mi mochila y le dije que seguramente no encontraría la tarjeta. El tío, pero, tenía recursos y se aseguraría de que me acordase de su puñetero número el resto de mi vida. La idea del siglo: apuntar su teléfono en mi mochila, en la etiqueta de goma donde pone Samsonite. Todo sonriente coge el bolígrafo esta vez con intención de usarlo para mancillar mi amada mochila y con gritos de "¡NO! ¿¡PERO QUE HACES!?" de fondo y con muchos "NOs" repetidos uno detrás del otro atropelladamente, corrompe la perfección de mi mochila. Mi mochila con la que hice el Camino de Santiago, que me ha acompañado tantos años, que me ha visto crecer. Mi sacrosanta mochila profanada por las manos impuras y lascivas de ese gran CABRONAZO. La mochila que ni siquiera mis amig@s y compañer@s han logrado pintarrajear, va ese degenerado y la pintarrajea sin escrúpulo alguno. Alegremente, levanta la cabeza y se vanagloria de su idea diciendo que ahora si pierdo la mochila, sus pezuñas apestosas podrían recibirla y devolvérmela.















Después de ese acto tan depravado y de seguir oyendo su voz le suelto un "¡yo qué sé! ¡Quiero dormir!" y se calla. Espero a ver si se va de mi lado como la otra vez, pero no, se arrepapa aún más en el asiento quitando el reposabrazos para pegarse más. Lo vuelvo a poner y me pregunta: ¿Quieres que lo quite para tener más espacio? Me tienta la posibilidad de responderle: Se que no entiendes la palabra NO pero... NO LO QUITES! POR LO QUE MÁS QUIERAS! Era lo único que me separaba de su cabeza colgando hacia mi persona y le pido que por favor no lo vuelva a quitar. Noto como cada vez se va arrimando más. Cada vez que noto su brazo tocando el mío me arrincono tanto como puedo, hasta que acabo aplastada contra la ventana intentando seguir fingiendo que dormía. Como no me ve la cara, ahora aplastada contra el cristal, puedo disfrutar de una vista espléndida digna de un Turner, con un sol de un naranja intensísimo dejando pasar su luz entre la espesa niebla, maravilloso... hasta que una mano me pasa a escasos milímetros de la cara para correr la cortina y como no también su cuerpo se abalanza sobre mi asiento y sobre mi mientras decía: ¡así no te molesta la luz! Reviento y le digo claramente: ¡DÉJAME TRANQUILA UN RATO, ANDA! Y si habéis visto que las indirectas muy directas no funcionan, veréis que las directas en toda la cara tampoco. El tío se queda otra vez mirándome desde su asiento, yo con los ojos entornados a ver si se iba de una vez. Parece que por fin vaya a irse, pero no, aún se espatarra más a ver si me soba un poco. Yo contra la ventana. Cierro los ojos a ver si se va, pero sigue ahí, lo sé. Supongo que por cansancio y estrés me duermo y cuando abro los ojos ya no está, supongo que se habría satisfecho de alguna manera que espero desconocer toda mi vida, pero no estaba ni en los asientos de al lado ni en ningún otro sitio visible, ¿se habría bajado ya?
Acaba el viaje. Como no tenía móvil no esperaba que mis padres me fuesen a buscar, así que me dispongo a bajar, coger el ascensor para ponerme al nivel de la calle y coger el metro. Voy con Lee para coger el ascensor, con todas las maletas, la mochila y la guitarra... y me encuentro otra vez... ¿a que no lo adivináis? Con el tal "Alí" ese. Le hago cara de sufrimiento a mi compañera de tragedias que también pone cara de circunstancias mientras el anormal ese se coloca a nuestro lado dentro del ascensor. El último contacto. Nos deshacemos de él y al lado del metro Lee y yo nos despedimos. Una chica majísima, a saber lo que pensaría de mi y de mi horrendo inglés, pero a mi me ha caído muy bien, además es una cucada de niña (que seguro que tiene más años que yo, pero bueno).

Como me dijo Yanoll: "hay hombres que no entienden un no que no vaya acompañado de un cuchillo o un conjuro de fuego"

Conclusiones dramáticas:
  1. Todo ser que me piropea o se interesa por mi (excepto mis amig@s) son vagabundos, gente asquerosa o bien indeseables
  2. Mi inglés, que en algún momento fue aceptable he visto hoy como se ha convertido en lo que nunca quise que se convirtiese: en algo digno de ser hablado en la ESO
Curiosidades:
  1. El asiento con el número 42 a pesar de todas las peripecias que he pasado no me ha abandonado, Es más, me ha atraído... ¿será el sentido de la vida?
Curiosidad offtopic:
  1. La Universitat de Barcelona es, por segundo año consecutivo, la única universidad en España, situada entre las 200 universidades mejor valoradas del mundo y entre las 100 primeras de Europa, según el "Academic Ranking of World Universities", que publica anualmente la Universidad Jiao Tong de Shangai.
La pregunta: Vamos, ¿que las demás universidades en España son aún peor? Pues me lo creo poco. ¿En que se basan para hacer estos ránkings?

Blogger Aighash

Peripecias Estivales


Es la verdad...¿qué se le va a hacer? Por duro que resulte...
Pediré perdón de nuevo. Para variar. En todo el verano no he aparecido por el Wired. Por suerte, Aigh -ese ser Maravilloso e infinitamente más constante que yo, sin duda el auténtico alma de Protocolo 7- ha mantenido una razonable cadencia de publicación en nuestro rincón.
... por duro que resulte...
Y es que han sido unos meses emocionantes. Después de las increibles prácticas en el Hospital del Ceuta, experiencia relatada en un post de fecha previa, el verano no decayó. Fue Barcelona el siguiente destino. En la grata compañía de nuestro gran amigo Yanoll (cuyo blog, vinculado en el margen derecho, merece ser visitado) fui a visitar a Aigh. En ese momento, la muchacha lucía un sugerente moreno-paleta que asomaba tras la ropa de faena y los dos dedos de rebozado de tierra... y creeme; no por ello mermaba un ápice su belleza radiante.¿Cómo lo hará?
...por duro, duro que resulte...
Tras unos días en Barcelona, ella y yo fuimos con su familia a una casa que poseen en un precioso pueblo de montaña llamado Moià ("muyá", se pronuncia). No se si he escrito alguna vez algo sobre él. Un lugar curioso. Una vez acostumbrado a su peculiar olor, el viajero comprenderá que no desmerece en absoluto sus numerosas virtudes. Bromas aparte, es un lugar muy bonito. Verde (al menos para mis sureños estándares) y con agradables paseos urbanos y rurales. Sin duda, la tranquilidad que se respira es uno de los principales atractivos para un servidor. Buenos días, aquellos.
Después, vinimos algunas semanas a Granada l@s dos junt@s. Una vez más, la espada de Damocles -en esta ocasión empuñada por el terrible septiembre- ensombreció en cierta medida las largas vísperas de los exámenes. No obstante, la grata compañía hizo también aquellos días algo maravilloso para mi.
...por durísimo que resulte...
Después tuvimos que separarnos unos días. Aigh volvió a Barcelona. Yo pude disfrutar del honor de acompañar a mi padre a Bosnia, por segundo año consecutivo, en calidad de ayudante del proyecto de colaboración entre Universidades que lleva allí. Una vez más resultó toda una experiencia. En esta ocasión, los alumnos ayudantes hicimos un poco de todo. Diseñar impresos, colocar carteles, transportar equipo, asistir en cierta medida a profesores y asistentes de los cursos que allí se organizaron... Sin duda, nada comparable al volumen y calidad de trabajo que desempeñó mi padre allí (que merece absolutamente toda mi admiración, además de mi agradecimiento por la magnífica oportunidad y el viaje precioso). Bosnia es un lugar precioso y trágico a la vez. Da mucho, mucho que pensar.
A la vuelta, recogimos a Aigh y vinimos tod@s junt@s de vuelta a Granada. Hace unas horas, ella partió hacia Barcelona. Esta semana a su lado ha sido, para variar, indescriptible. Justo como deberían ser, en esencia, todas las semanas. A su lado, es decir.
...y por duro que resulte... mañana lunes empieza el nuevo curso.
Duro se me hará por lo que echaré en falta. Debo decir, sin embargo, que tengo un gran interés. ¡La gran novedad es, sin duda, que mis hermanos entran en la Universidad! Es un momento solemne, y creo que huelga decir lo orgulloso me siento de ellos. Entran por sobrados méritos propios y no me cabe duda del buen papel que van a hacer.
Entran además en Medicina algunas personas que conozco. Entre ellas, alguna amiga de toda la vida. Saludos desde aquí.
Y en lo que a mi respecta... Cuarto curso. A partir de ahora se acabaron las Preclínicas y, desde este momento, empieza la auténtica Medicina. Me espera un primer cuatrimestre durísimo y, si me sale bien, un segundo cuatrimestre relajado. Tengo asignaturas preciosas. Enormes y muy juntas, pero preciosas de todos modos. Sea lo que Dios quiera.
En todo caso, lo cierto es que últimamente ando temiendo una compensación kármica. Éste ha sido un verano difícilmente mejorable, y las perspectivas que se presentan son atractivas. Sigo siendo un hombre afortunado.

Blogger: Moreloth

29/9/07

A vida o muerte

Nunca antes había estado 26 horas sin dormir ni un minuto. No sabía, de hecho, que eso podía hacerse.

El pasado martes 17 me levanté de la cama que tengo reservada aquí en Ceuta alrededor de las 7'45 de la mañana. Volví a desplomarme sobre el colchón poco antes de las 10 de la mañana del miércoles. Una guardia en Urgencias. Mi primera guardia.
Cierto es que solo soy un estudiante, y me limito a escoltar al personal sanitario y a realizar tareas menores (poner termómetros y poco más), pero resulta realmente emocionante para mi. Hasta ahora, mi relación con la Medicina había girado de forma casi exclusiva al estudio sistemático de grandes fajos de apuntes. Nada cualitativamente muy distinto a lo que hacía en el colegio, en lo que a método se refiere. Ahora, sin embargo...
El ejercicio de la Medicina es muy distinto a como me lo imaginaba. Nada como lo que enseñan en clase. No me malinterpretes; no cabe duda de que los años de estudio teórico puro son imprescindibles, pero eso es, al parecer, solo una faceta de las múltiples que tiene la profesión. Por intuitivo que parezca, no es ni de lejos lo mismo ver enfermedades descritas en un libro que interaccionar con alguien. Por una parte, porque las cosas nunca son evidentes. Por otra parte, porque hay muchos aspectos al margen del puro diagnóstico en dicha interacción. Y ahora creo que es, con mucho, más interesante.
He descubierto, y esto sí que me ha sorprendido, que además es físicamente agotador. ¡No podía imaginarlo, pero el médico de Urgencias no para de moverse en todo el día! Intenta tan solo permanecer 6 u 8 horas en pie y sabrás a qué me refiero.
Respecto a las cosas que he podido ver... Simplemente fascinante. Siempre me siento mal al decir cosas así. Es algo macabro, supongo, sentir el interés y la emoción que despierta en los estudiantes de Medicina presenciar el manejo de situaciones que suponen, al fin y al cabo, el sufrimiento de otras personas. Esto no evitó, de todos modos, que me haya emocionado con algunas de las cosas que se han visto por el Hospital estos días. Y es que han sido tantas cosas... Desde raras enfermedades genéticas hasta profundas incisiones de oreja a oreja, cual diadema, en la cabeza de un muchacho. Operaciones de hernias inguinales. Pruebas cardiológicas sofisticadísimas. Accidentes de coche, paradas cardiacas y sondajes cruentos. Enfermedades mentales. Enfermedades sociales. No faltaron pacientes conflictivos. Y tampoco, lamentablemente, la primera persona muerta que veo en persona y fuera de un tanatorio. Te aseguro que no es lo mismo.
Tantas experiencias en tantas dimensiones me han hecho pensar -raro- en muchas cosas. Cierto es que, desde el otro lado de la barrera, las cosas no se ven como las vemos cuando desempeñamos rol de paciente. Sin embargo, es imposible no verse fascinado y abrumado por la mezcla de dura realidad, emoción, sentimiento y ciencia. Y hoy estoy seguro como nunca antes de que quiero ser médico.

Blogger: Moreloth

(Fecha real: 18/07/07 21:52 - acabado el día 29/09/07)

16/9/07

Cortarse con pan


Hace tiempo Loth me comentó que en su clase de bachillerato "Alguien" empezó a comentar que se había cortado con un trozo de pan. Loth se quedó un poco flipando pero al cabo de un ratito se había formado un corro de gente alrededor de ese Alguien comentando que a ellos también les había pasado. Al cabo de unos meses o años, me lo comentó y me quedé un segundo pensando en si a mi me había ocurrido alguna vez. En ese momento me sonaba que alguna vez me había pasado, pero no recordaba bien en que ocasión. Pues bueno, hoy sí me ha pasado y de hecho tengo el rasguño algo hinchado y me parece q incluso infectado.
Ahora mismo mi vida es muy aburrida así que podría decir que esto ha sido el suceso más importante del día y el único ser a quien se lo podía contar era Irenicus, también aburrido como una almeja. Como ya he dicho me aburro mucho, así que en vez de rellenar mi vida con el apasionante trabajo que tengo para mañana, lo hago escribiendo un post XD.

(22:13) Aighash : se me ha infectado un razguño q me he hecho con el pan
(22:13) Aighash : >__<

(22:14) Irenicus : cómo te has arañado con el pan? O_o
(22:14) Aighash : esq no sé
(22:14) Aighash : estaba haciendome un bocata
(22:14) Aighash : y he ido a cortarlo
(22:14) Aighash : pero me ha resbalado la mano o algo y me he cortado
(22:14) Aighash : pero con el pan
(22:14) Aighash : no con el cuchillo
(22:17) Irenicus : Aigh, te ocurren unas cosas rarísimas xD
(22:17) Aighash : en la clase de Loth a todo el mundo le ha pasado
(22:17) Irenicus : xDDD
(22:17) Irenicus : yo me he cortado con papel
(22:17) Aighash : y yo, siempre
(22:18) Irenicus : pero con pan...
(22:18) Irenicus : . . .
(22:18) Irenicus : . . .
(22:19) Irenicus : se me han venido a la mente las cárceles de las películas
(22:19) Irenicus : no sería peligroso darle pan a los reclusos ?
(22:20) Aighash : para q te crees q se lo daban?
(22:20) Aighash : para cortar los barrotes
(22:20) Irenicus : qué lista es mi Aigh
(22:21) Irenicus : casi tanto como los electroduendes
(22:24) Aighash :








(22:24) Aighash : en serio, q tengo el dedo abultado
(22:24) Aighash : XD
(22:24) Aighash : q ta infectado
(22:24) Irenicus : después de tanto tiempo escribiendo pensaba que estarías escribiendo condiciones para aceptar mi propuesta de matromonio /emoti con ojitos de emocionado/

[...]
[discusión sobre el plantón de Irenicus en su ocasión y justificaciones... y otras cosas que no vienen al caso]
[...]

Irenicus :
son casi las 11 y estás haciendo algo sobre otra cosa que te importa una mierda, no crees que después de unas horas sería más productivo descansar y hacerlo mañana ?
Irenicus :
total, además estás haciendo como que me respondes y dos cosas a la vez no puedes hacerlo bien, así que céntrate en lo que te importa;
Aighash :
es para mañana
Aighash :
xD
Aighash :
miralo q feliciano
Aighash :
pues ahora me tendrás que ayudar
Irenicus :
cómo se supone que puedo hacerlo ?
Irenicus :
/emoticono silbando, haciéndose el sueco/
Aighash :
bueno, estoy haciendo un post
Aighash :
XD
Irenicus :
para matarte
Aighash :
pera
Irenicus :
y manzanas
Irenicus :
te cortaré con ellas, que lo sepas

¿Tú también te has cortado alguna vez con el pan? La gente que se corta con el pan somos un colectivo minoritario al que pocos comprenden y hasta hay quien no nos cree. Por favor, ¡ÚNETE YA A NUESTRA CAUSA!
Con el apoyo del GCEPE (Gente que se Corta con Esferas Perfectas Esmeriladas).

LA PREGUNTA DE HOY: ¿Por qué los tripulantes de la Enterprise, teniendo una tecnología tan avanzada, no han sido capaces de poner cinturones de seguridad en su nave cuando es evidente que los necesitan? Creo que siendo un número limitado, es bueno evitar los riesgos laborales en medio del espacio exterior.
Claro que la siniestralidad laboral permite que la Federación pueda crear nuevos puestos de trabajo a personajes de relleno que llegan a la afamada nave con la ilusión de empezar los trabajos por los que tantos años han estado estudiando y convertirse en héroes que salvan gente y se entrometen en los asuntos de otros planetas, "liberándolos" y haciéndoles "un favor muy grande" (¿para que sirve la norma de la Federación de no inmiscuirse en las culturas y planetas ajenos?). Pobrecicos, si supieran que destino les aguarda.


Blogger: Aighash

14/9/07

Luna Nueva o los Gilipollas

Bueno, hoy... voy a hacer algo que nunca había hecho. Algo que me da vergüencilla de verdad (no, escribir sobre caca no me da vergüenza lo siento XD todos vemos mucha cada día). Normalmente le pasaba a Irenicus los relatos por si quería meterlos en su blog para q la gente no los leyera en el mío donde me conocen XD.
Pues... hoy no sé, supongo que porque estoy medio dormida, pero me importa un bledo meterlo aquí. Si lo queréis leer hacedlo rápido porque dentro de poco me voy a arrepentir. La idea es poco original y bueno, XD todo el mundo ya sabe que redacto fatal. Me pasó la idea por la cabeza, creo que de un relato surrealista que hoy mismo no sé como se llama XD pero que otro día me acordaré.
He puesto título a este relato por costumbre, no es que sea una maravilla pero bueno. Lo he llamado Luna Nueva, pero también lo puedo llamar "los Gilipollas" por lo que podréis comprobar a continuación ^^U.

La Luna nueva de Pigmalión

Convencido de su engaño, toca el rostro de lo que creyó hermoso. Con desprecio y sobretodo despecho le coge las manos a la triste figura sin alma, sin habla, sin movilidad, y las aprieta fuerte hasta hacerse daño. Las piernas le tiemblan y su cuerpo cae de rodillas al suelo. La vela cae y rueda por las baldosas dejando un rastro de cera. Sigue encendida por poco tiempo en el rústico pavimento de cerámica irregular pero de una limpieza impecable. Antes de apagarse del todo sigue iluminando débilmente las vetas de madera que cruzan un cuerpo digno de Artemisa, y aún recuerdan el momento en ser cortadas por el hacha bañándose en su savia rojiza. Fueron serradas por el serrucho de carpintero, pulidas por la escofina y el papel de lija hasta alcanzar la suavidad mate de la piel. En su agonía iba adquiriendo forma humana. Mientras torturaban su cuerpo sin savia un hombre le canturreaba con amor la canción que en la cuna le entonaba su madre.

Hay quien tiene la necesidad de cuidar de alguien y ese era el caso de Stan. Su ilusión era tener hijos para darles su amor incondicional, alguien que heredase su negocio o simplemente alguien que le amara sin fijarse en su cara marcada por la viruela o el decorado de las llamas que consumieron la mitad de su cuerpo hacía ya muchas décadas. Nunca recibiría herederos ni siquiera tendría a nadie que le amara, pero él podría dar sin reservas. Seguramente le empujó el ansia creadora por la que también había escogido su profesión. Formó con sus manos el ídolo y tótem de su cariño, su devoción. A medida que pasaron los años, Stan la mimó y cuidó cada día como un ritual. Le daba de comer y beber aquello que nunca ingeriría. Por las noches la tumbaba y le besaba la frente con ternura. La niña de sus ojos, la causa de su aliento.

Era primavera cuando llegó. Estaba abierta la ventana de Stan para ventilar la habitación y refrescarla. En la casa de enfrente la casera había hecho lo mismo en el cuarto antes de que entrase el nuevo huésped. La cortina se hinchaba y deshinchaba a un ritmo constante e hipnotizador. En pocos minutos la estancia se llenó de maletas y paquetes. De reojo él veía como una tela blanca se movía con la corriente de aire en la ventana de en frente mientras dejaba las camisas de algodón encima de la cama. Levantó la cabeza del barullo del equipaje y la vio.

La belleza de sus proporciones perfectas, la inocencia en sus ojos, la sumisión y debilidad que irradiaba su frágil figura. La pena y a la vez admiración que sentía por un ser de tan extraordinaria mansedumbre fue cargando el corazón de un nuevo adorador. Poco a poco, día tras día se le carga el alma de la necesidad de saber ¡más, más! Siente que los diez metros que los separan de una ventana a otra son mayores a cada minuto que pasa, cada hora que permanece inmóvil. La única persona que se mueve es Stan, en su idolatría.

La noche es tranquila para todos aquellos que no sean Stan y su interlocutor. Las flores del jazmín disfrazan el hedor de las cloacas de la pequeña ciudad portuaria. La luna es joven y negra en su cara oculta. En la calle solo baila un pequeño fuego en la mano de Stan, encarcelado por las paredes de su lámpara y alumbrando la cara de un hombre al que no conoce.

- Ha pasado ya la media noche, que hacéis en mi puerta?

- Vengo llevarme a su cautiva.

- ¿¡Qué decís!? Estamos solos mi hija y…

Delante de la puerta de su propia casa se le planta una navaja en el cuello. Corre adrenalina por el cuerpo de un extraño sin ganas de conversar. En un impulso degüella al padre. Sin tiempo de gritos ni muchas contemplaciones, sin fijarse en el placer que le puede producir la venganza o el horror de su homicidio. Entra a Stan al vestíbulo de su casa, quemando la ropa más manchada en el fuego ahora fatuo que ilumina la calle entera.

El fuego se apaga y a tientas va buscando su desconocido amor. Con las manos va palpando las paredes, las ventanas. Acaricia cada centímetro de su trayecto como saboreándolo, evitando equivocar la puerta que le separa de su amada. El jazmín en flor rodea sus pasos y le alivia la respiración acelerada. Empuja con el hombro la puerta entornada y tropieza. Levanta su pesadísimo cuerpo y sube medio lastimado las escaleras. Busca entre los bolsillos de los pantalones una cerilla y observa la puerta de cada habitación. Un candelabro viejo le proporciona una vela que enciende rápidamente antes de quemarse los dedos. Todas las puertas tienen carcoma… excepto esta. La percute buscando respuesta… Nada. Vuelve a picar la puerta con un nudillo tembloroso… Nada. Le invade la angustia y el miedo. Demasiado cerca para irse. Abre la puerta y sus ojos se consuelan con el hilado blanco inmaculado de un vestido femenino. El jazmín enredado en la ventana invade con su olor la habitación. No se atreve a dar un paso, ella ni se gira ni siquiera se inmuta. Y por fin deja su cuerpo abalanzarse en un abrazo.




















Imagen sacada de un fragmento
de Loco, un cómic de
Pedro Espinosa
Está puesto al revés, en teoría el
personaje se levanta.


PD: Ya sé q no es jazmín lo de la foto XD pero es lo que corría por casa ese día y... pues es lo que hay.

Bueno, me doy asco a misma, pero... tened compasión de mi.

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7/9/07

Chuck Norris leyendo sus leyendas

Hace tiempo que no escribimos nada en el blog. La verdad es que este verano ha sido especialmente estresante a la vez que interesante. Casi que he tenido ganas de que empezaran los exámenes para relajarme un poco. La cosa no apunta hacia una buena temporada, pero han abierto una biblioteca relativamente cerca de mi casa (bastante relativamente XD) y me he comprometido a ir todos los días. También he visto que te dan créditos de libre elección por hacer ping pong y como judo lo hacen por la mañana y no me daría tiempo de llegar, seguramente es la que voy a coger. Podría hacer karate, pero... puestos a intercambiar leches, prefiero no dar muchas patadas debido a la delicadeza de mis tobillos ^^U.

Y hablando de patadas... el otro día paseando por el Youtube me encontré a nuestro amigo Chuck Norris leyendo sus hazañas O__o. Con lo penco que parece, pero se ve que tiene sentido del humor y todo. Recuerdo como se tomó Arnold Schwarzenegger que el de CQC le preguntara que como se siente por tener los pechos más grandes que los de la actriz de la película, respuesta: ja ja, que gracioso ¬__¬. En fin, saludetes ^^.



PD: Yanoll, el día 4 de este mes abrió su blog "Avius inter itineres". Os lo recomiendo. Escribe muy bien y aunque quiera mandarme a Anacleta la Tortuga Asesina, incluso se puede considerar entretenido aguantarlo.

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