Nunca antes había estado 26 horas sin dormir ni un minuto. No sabía, de hecho, que eso podía hacerse.
El pasado martes 17 me levanté de la cama que tengo reservada aquí en Ceuta alrededor de las 7'45 de la mañana. Volví a desplomarme sobre el colchón poco antes de las 10 de la mañana del miércoles. Una guardia en Urgencias. Mi primera guardia.
Cierto es que solo soy un estudiante, y me limito a escoltar al personal sanitario y a realizar tareas menores (poner termómetros y poco más), pero resulta realmente emocionante para mi. Hasta ahora, mi relación con la Medicina había girado de forma casi exclusiva al estudio sistemático de grandes fajos de apuntes. Nada cualitativamente muy distinto a lo que hacía en el colegio, en lo que a método se refiere. Ahora, sin embargo...
El ejercicio de la Medicina es muy distinto a como me lo imaginaba. Nada como lo que enseñan en clase. No me malinterpretes; no cabe duda de que los años de estudio teórico puro son imprescindibles, pero eso es, al parecer, solo una faceta de las múltiples que tiene la profesión. Por intuitivo que parezca, no es ni de lejos lo mismo ver enfermedades descritas en un libro que interaccionar con alguien. Por una parte, porque las cosas nunca son evidentes. Por otra parte, porque hay muchos aspectos al margen del puro diagnóstico en dicha interacción. Y ahora creo que es, con mucho, más interesante.
He descubierto, y esto sí que me ha sorprendido, que además es físicamente agotador. ¡No podía imaginarlo, pero el médico de Urgencias no para de moverse en todo el día! Intenta tan solo permanecer 6 u 8 horas en pie y sabrás a qué me refiero.
Respecto a las cosas que he podido ver... Simplemente fascinante. Siempre me siento mal al decir cosas así. Es algo macabro, supongo, sentir el interés y la emoción que despierta en los estudiantes de Medicina presenciar el manejo de situaciones que suponen, al fin y al cabo, el sufrimiento de otras personas. Esto no evitó, de todos modos, que me haya emocionado con algunas de las cosas que se han visto por el Hospital estos días. Y es que han sido tantas cosas... Desde raras enfermedades genéticas hasta profundas incisiones de oreja a oreja, cual diadema, en la cabeza de un muchacho. Operaciones de hernias inguinales. Pruebas cardiológicas sofisticadísimas. Accidentes de coche, paradas cardiacas y sondajes cruentos. Enfermedades mentales. Enfermedades sociales. No faltaron pacientes conflictivos. Y tampoco, lamentablemente, la primera persona muerta que veo en persona y fuera de un tanatorio. Te aseguro que no es lo mismo.
Tantas experiencias en tantas dimensiones me han hecho pensar -raro- en muchas cosas. Cierto es que, desde el otro lado de la barrera, las cosas no se ven como las vemos cuando desempeñamos rol de paciente. Sin embargo, es imposible no verse fascinado y abrumado por la mezcla de dura realidad, emoción, sentimiento y ciencia. Y hoy estoy seguro como nunca antes de que quiero ser médico.
Blogger: Moreloth
(Fecha real: 18/07/07 21:52 - acabado el día 29/09/07)
El ejercicio de la Medicina es muy distinto a como me lo imaginaba. Nada como lo que enseñan en clase. No me malinterpretes; no cabe duda de que los años de estudio teórico puro son imprescindibles, pero eso es, al parecer, solo una faceta de las múltiples que tiene la profesión. Por intuitivo que parezca, no es ni de lejos lo mismo ver enfermedades descritas en un libro que interaccionar con alguien. Por una parte, porque las cosas nunca son evidentes. Por otra parte, porque hay muchos aspectos al margen del puro diagnóstico en dicha interacción. Y ahora creo que es, con mucho, más interesante.
He descubierto, y esto sí que me ha sorprendido, que además es físicamente agotador. ¡No podía imaginarlo, pero el médico de Urgencias no para de moverse en todo el día! Intenta tan solo permanecer 6 u 8 horas en pie y sabrás a qué me refiero.
Respecto a las cosas que he podido ver... Simplemente fascinante. Siempre me siento mal al decir cosas así. Es algo macabro, supongo, sentir el interés y la emoción que despierta en los estudiantes de Medicina presenciar el manejo de situaciones que suponen, al fin y al cabo, el sufrimiento de otras personas. Esto no evitó, de todos modos, que me haya emocionado con algunas de las cosas que se han visto por el Hospital estos días. Y es que han sido tantas cosas... Desde raras enfermedades genéticas hasta profundas incisiones de oreja a oreja, cual diadema, en la cabeza de un muchacho. Operaciones de hernias inguinales. Pruebas cardiológicas sofisticadísimas. Accidentes de coche, paradas cardiacas y sondajes cruentos. Enfermedades mentales. Enfermedades sociales. No faltaron pacientes conflictivos. Y tampoco, lamentablemente, la primera persona muerta que veo en persona y fuera de un tanatorio. Te aseguro que no es lo mismo.
Tantas experiencias en tantas dimensiones me han hecho pensar -raro- en muchas cosas. Cierto es que, desde el otro lado de la barrera, las cosas no se ven como las vemos cuando desempeñamos rol de paciente. Sin embargo, es imposible no verse fascinado y abrumado por la mezcla de dura realidad, emoción, sentimiento y ciencia. Y hoy estoy seguro como nunca antes de que quiero ser médico.
Blogger: Moreloth
(Fecha real: 18/07/07 21:52 - acabado el día 29/09/07)
3 comentarios:
Tiene que ser cansado, tiene que ser desagradable, tiene que ser emocionante, tiene que ser duro... Yo por mi parte, soy consciente de que no estoy hecho para ser medico. De todos modos, me alegro de que tu si XD Si todos los médicos fuesen como tu, casi daría gusto ir al hospital! :P
Un saludo, caballero
Yanoll
Es terrible y maravilloso. Y sí... dicen que es duro. Por duro, mucha gente se quema. No obstante yo, por mi parte, deseo con toda mi alma en esto como en todo no perder la pasión. Y creo sinceramente que lo conseguiré.
Muchas gracias, señor. Como tú tenían que ser otr@s, médicos y no. Pero ya se que eso es imposible. Tal y como sueles decirme cada vez que me honras con tu presencia, eres perfecto, no?
Blogger: Moreloth
Un ex-compañero de trabajo lo dejó porque murieron 2 personas en su primera guardia y acabó muy traumatizado ^^U
Coincidí con él trabajando en un almacén porque estaba ahorrando para irse lejos de la ciudad, no quería saber nada de los hospitales de Alicante, ni nigún otro a menos de 500 kilómetros O_o
Por cierto, mi récord está en 70 horas sin dormir, pero en la Campus Party una amiga durmió unas 30 horas en toda la semana, y casi todas del tirón :P
Un saludo.
Me lo estoy pasando d'allò més bé leyendo este blog XD
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