Esta obra me mantuvo aferrado a sus pastas durante varios días. Puede resultar llamativo que suscitase tanto interés, dado que el argumento es sencillo: Andrea es una chica que viaja a Barcelona para estudiar en la Universidad. Se instala en casa de sus tíos ("la casa de la calle Aribau"), y no tarda demasiado en percibir el difícil ambiente que allí reina. Personajes crispados, mental y moralmente destruidos por una larga sucesión de decepciones, de sueños rotos. Las aulas tienen, sin embargo, aires diferentes. Andrea no tardará en trabar amistades, cuya compañía le proporciona momentos de grata convivencia que contrastan fuertemente con la tensión presente en la casa de sus tíos. No obstante, nuevas complicaciones surgirán cuando ambos mundos entren en contacto.
Éste es un resume excesivamente breve y simple. No obstante, no es objeto de esta reseña el resumir la obra. Debo decir que me impresionó bastante.
La descripción de los personajes es fascinante. Tanto en lo explícito como en lo implícito, están extraordinariamente definidos. El análisis psicológico que se hace de ellos goza de una gran riqueza. Personajes vacíos, o miserables en ocasiones, o controvertidos hasta lo siniestro. En cualquier caso, personajes muy humanos. Dos de ellos merecen especial mención: Román - uno de los tíos. Un artista enormemente interesante. Inteligente y bohemio. Sin embargo, mucho es lo que oculta tras su atractiva fachada - y Andrea - la protagonista. La cantidad de detalles que la obra aporta sobre su forma de ser y de sentir, los pensamientos involuntarios que la asaltan para su gozo o contrariedad, sus gestos nobles o egoístas... todo ello contribuye a facilitar la identificación del lector con la muchacha. La distancia llega a ser tan pequeña que me parecía sentir lo que ella sentía -.
No es menos meritoria la descripción de ambientes. La tristeza en que están sumidos algunos de los escenarios llega a invadir al lector. En ocasiones, la tensión de las escenas - la mayoría de ellas, simples episodios domésticos - puede, por tópico que suene, cortarse con cuchillo. Ya sea pesar u optimismo en algunas ocasiones, cada situación fue capaz de envolverme, de involucrarme.
La profundidad de las escenas, el interés de los personajes y el buen ritmo de la narración están combinadas de una forma magistral a mi parecer y redactadas en un lenguaje sencillo, de fácil lectura. Consiguen sumergir al lector en una vida que no es la suya, abstraerle del aquí y el ahora para convertirle en un testigo presencial de los acontecimientos que se narran. En un habitante más de la casa de la calle Aribau.
Éste es un resume excesivamente breve y simple. No obstante, no es objeto de esta reseña el resumir la obra. Debo decir que me impresionó bastante.
La descripción de los personajes es fascinante. Tanto en lo explícito como en lo implícito, están extraordinariamente definidos. El análisis psicológico que se hace de ellos goza de una gran riqueza. Personajes vacíos, o miserables en ocasiones, o controvertidos hasta lo siniestro. En cualquier caso, personajes muy humanos. Dos de ellos merecen especial mención: Román - uno de los tíos. Un artista enormemente interesante. Inteligente y bohemio. Sin embargo, mucho es lo que oculta tras su atractiva fachada - y Andrea - la protagonista. La cantidad de detalles que la obra aporta sobre su forma de ser y de sentir, los pensamientos involuntarios que la asaltan para su gozo o contrariedad, sus gestos nobles o egoístas... todo ello contribuye a facilitar la identificación del lector con la muchacha. La distancia llega a ser tan pequeña que me parecía sentir lo que ella sentía -.
No es menos meritoria la descripción de ambientes. La tristeza en que están sumidos algunos de los escenarios llega a invadir al lector. En ocasiones, la tensión de las escenas - la mayoría de ellas, simples episodios domésticos - puede, por tópico que suene, cortarse con cuchillo. Ya sea pesar u optimismo en algunas ocasiones, cada situación fue capaz de envolverme, de involucrarme.
La profundidad de las escenas, el interés de los personajes y el buen ritmo de la narración están combinadas de una forma magistral a mi parecer y redactadas en un lenguaje sencillo, de fácil lectura. Consiguen sumergir al lector en una vida que no es la suya, abstraerle del aquí y el ahora para convertirle en un testigo presencial de los acontecimientos que se narran. En un habitante más de la casa de la calle Aribau.
Blogger: Moreloth
1 comentario:
Mmm, recuerdo cuando te pasé este libro. Igual el personaje más entrañable es Román, a pesar de ser MALO pero en el sentido de Malvado, tiene un encanto por sus aires y el ambiente en q se mueve.
Cuando lo leí me hizo pensar en el tiempo que mis abuelas me han contado muchas veces, esa atmósfera de post-guerra que se vivía en Barcelona q de hecho fué una de las ciudades más bombardeadas. Realmente, la ciudad no importa demasiado, cierto es que en cualquier caso edificios enrunados, crispación en el ambiente, miseria en todas sus extensiones (humana y material)... es algo que te encoge el corazón.
No me acuerdo demasiado de que iba, pero el libro q le pasé a Loth ha pasado por mil manos ya XD)
(Aighash)
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