14/9/07

Luna Nueva o los Gilipollas

Bueno, hoy... voy a hacer algo que nunca había hecho. Algo que me da vergüencilla de verdad (no, escribir sobre caca no me da vergüenza lo siento XD todos vemos mucha cada día). Normalmente le pasaba a Irenicus los relatos por si quería meterlos en su blog para q la gente no los leyera en el mío donde me conocen XD.
Pues... hoy no sé, supongo que porque estoy medio dormida, pero me importa un bledo meterlo aquí. Si lo queréis leer hacedlo rápido porque dentro de poco me voy a arrepentir. La idea es poco original y bueno, XD todo el mundo ya sabe que redacto fatal. Me pasó la idea por la cabeza, creo que de un relato surrealista que hoy mismo no sé como se llama XD pero que otro día me acordaré.
He puesto título a este relato por costumbre, no es que sea una maravilla pero bueno. Lo he llamado Luna Nueva, pero también lo puedo llamar "los Gilipollas" por lo que podréis comprobar a continuación ^^U.

La Luna nueva de Pigmalión

Convencido de su engaño, toca el rostro de lo que creyó hermoso. Con desprecio y sobretodo despecho le coge las manos a la triste figura sin alma, sin habla, sin movilidad, y las aprieta fuerte hasta hacerse daño. Las piernas le tiemblan y su cuerpo cae de rodillas al suelo. La vela cae y rueda por las baldosas dejando un rastro de cera. Sigue encendida por poco tiempo en el rústico pavimento de cerámica irregular pero de una limpieza impecable. Antes de apagarse del todo sigue iluminando débilmente las vetas de madera que cruzan un cuerpo digno de Artemisa, y aún recuerdan el momento en ser cortadas por el hacha bañándose en su savia rojiza. Fueron serradas por el serrucho de carpintero, pulidas por la escofina y el papel de lija hasta alcanzar la suavidad mate de la piel. En su agonía iba adquiriendo forma humana. Mientras torturaban su cuerpo sin savia un hombre le canturreaba con amor la canción que en la cuna le entonaba su madre.

Hay quien tiene la necesidad de cuidar de alguien y ese era el caso de Stan. Su ilusión era tener hijos para darles su amor incondicional, alguien que heredase su negocio o simplemente alguien que le amara sin fijarse en su cara marcada por la viruela o el decorado de las llamas que consumieron la mitad de su cuerpo hacía ya muchas décadas. Nunca recibiría herederos ni siquiera tendría a nadie que le amara, pero él podría dar sin reservas. Seguramente le empujó el ansia creadora por la que también había escogido su profesión. Formó con sus manos el ídolo y tótem de su cariño, su devoción. A medida que pasaron los años, Stan la mimó y cuidó cada día como un ritual. Le daba de comer y beber aquello que nunca ingeriría. Por las noches la tumbaba y le besaba la frente con ternura. La niña de sus ojos, la causa de su aliento.

Era primavera cuando llegó. Estaba abierta la ventana de Stan para ventilar la habitación y refrescarla. En la casa de enfrente la casera había hecho lo mismo en el cuarto antes de que entrase el nuevo huésped. La cortina se hinchaba y deshinchaba a un ritmo constante e hipnotizador. En pocos minutos la estancia se llenó de maletas y paquetes. De reojo él veía como una tela blanca se movía con la corriente de aire en la ventana de en frente mientras dejaba las camisas de algodón encima de la cama. Levantó la cabeza del barullo del equipaje y la vio.

La belleza de sus proporciones perfectas, la inocencia en sus ojos, la sumisión y debilidad que irradiaba su frágil figura. La pena y a la vez admiración que sentía por un ser de tan extraordinaria mansedumbre fue cargando el corazón de un nuevo adorador. Poco a poco, día tras día se le carga el alma de la necesidad de saber ¡más, más! Siente que los diez metros que los separan de una ventana a otra son mayores a cada minuto que pasa, cada hora que permanece inmóvil. La única persona que se mueve es Stan, en su idolatría.

La noche es tranquila para todos aquellos que no sean Stan y su interlocutor. Las flores del jazmín disfrazan el hedor de las cloacas de la pequeña ciudad portuaria. La luna es joven y negra en su cara oculta. En la calle solo baila un pequeño fuego en la mano de Stan, encarcelado por las paredes de su lámpara y alumbrando la cara de un hombre al que no conoce.

- Ha pasado ya la media noche, que hacéis en mi puerta?

- Vengo llevarme a su cautiva.

- ¿¡Qué decís!? Estamos solos mi hija y…

Delante de la puerta de su propia casa se le planta una navaja en el cuello. Corre adrenalina por el cuerpo de un extraño sin ganas de conversar. En un impulso degüella al padre. Sin tiempo de gritos ni muchas contemplaciones, sin fijarse en el placer que le puede producir la venganza o el horror de su homicidio. Entra a Stan al vestíbulo de su casa, quemando la ropa más manchada en el fuego ahora fatuo que ilumina la calle entera.

El fuego se apaga y a tientas va buscando su desconocido amor. Con las manos va palpando las paredes, las ventanas. Acaricia cada centímetro de su trayecto como saboreándolo, evitando equivocar la puerta que le separa de su amada. El jazmín en flor rodea sus pasos y le alivia la respiración acelerada. Empuja con el hombro la puerta entornada y tropieza. Levanta su pesadísimo cuerpo y sube medio lastimado las escaleras. Busca entre los bolsillos de los pantalones una cerilla y observa la puerta de cada habitación. Un candelabro viejo le proporciona una vela que enciende rápidamente antes de quemarse los dedos. Todas las puertas tienen carcoma… excepto esta. La percute buscando respuesta… Nada. Vuelve a picar la puerta con un nudillo tembloroso… Nada. Le invade la angustia y el miedo. Demasiado cerca para irse. Abre la puerta y sus ojos se consuelan con el hilado blanco inmaculado de un vestido femenino. El jazmín enredado en la ventana invade con su olor la habitación. No se atreve a dar un paso, ella ni se gira ni siquiera se inmuta. Y por fin deja su cuerpo abalanzarse en un abrazo.




















Imagen sacada de un fragmento
de Loco, un cómic de
Pedro Espinosa
Está puesto al revés, en teoría el
personaje se levanta.


PD: Ya sé q no es jazmín lo de la foto XD pero es lo que corría por casa ese día y... pues es lo que hay.

Bueno, me doy asco a misma, pero... tened compasión de mi.

Blogger: Aighash

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres... un cubo de basura sucio y lleno de caca.

Aighash dijo...

Discrepo

Avius dijo...

A mi me ha gustado...

Avius dijo...

*tras meditar*

Aunque por supuesto, no le llega ni al talon a nada mio *dice con modestia mientras hace un gesto a Anacleta*