20/10/08

Poema: Miguel Hernández / Canción: Marea-Pan duro

Leer con esta canción de fondo:

(quienes no puedan leer y escuchar dos cosas distintas a la vez, que lo hagan por separado)


La cebolla es escarcha

cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:

nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Miguel Hernández

No, no estoy imaginativa, pero sí sentimental.

Un abrazo a quienes tienen la desgracia de no poder autocompadecerse.

A los que sí: ¡Malditos lloricas!

El título de la canción está linkeado con un trabajo del Rincón del Vago. Os recomiendo encarecidamente abrirlo con firefox y a poder ser desde Linux

Blogger: Aighash

1 comentario:

CosaRara dijo...

sete echa de menos C(T-TC) imootoo