El timo como costumbre

(Por si en el post anterior alguien se quedó con ganas)

Estoy harta de este país. De la falta de libertades de los consumidores. Del maltrato de las compañías, de mirar para otro lado cuando los jefazos sacan sus marionetas:
Presidente electo, presidente de la oposición. Y detrás del plató están los "puppets masters" con sus fajos de billetes, sus tejemanejes y sus verdades (que existen aunque nos giremos para no verlas).

Esta es una entrada poco original. Como siempre me voy a quejar. Esta vez sobre el borreguismo al que estamos acostumbrados, la resignación y el síndrome de Estocolmo.

Como dijo una compañera de mi curso cuando una profesora preguntó en clase sobre que iba una obra: -¡EL BORREGUISMO!- Y tan ancha que se quedó.

Ver la farsa a la que alguien llamó "sociedad democrática". Estamos contentos, tenemos luz, agua corriente y comida. Tenemos teléfono, podemos elegir a los tipejos que nos van a gobernar y tenemos al bendito euro que "junta a Europa", y si con eso alguien piensa en la paz... bendita ingenuidad, de mayor quiero pensar así, de verdad. Hace tiempo leí que cuando le preguntaron a Ghandi lo que pensaba sobre la "civilización occidental" contestó: Es una buena idea. Tampoco digo que las demás "civilizaciones" sean más que buenas ideas, pero... no nos vayamos más por las ramas.

Bien. Después de esta introducción de borrachos en una taberna, hablando sobre "política" y "la maldita geriatrez" (¿o era juventud?, lo que hace la diferencia generacional), voy a maldecir los huesos a quienes dirigen las empresas que nos "permiten" intentar escribir en Blogger y "hablar" con aquellos a quien queremos. Incluso aprovecharse de la necesidad que tenemos algunos de ver a los seres a quien queremos (las compañías de transportes no se quedan cortas en maldad).

Estoy harta de anuncios de empresas que dicen que te permiten hablar con los seres queridos todo lo que quieras. Estoy harta de esta burla a las necesidades del consumidor y me río de los colores rojo, verde, naranja, azul o colorines en que pintan sus letreros. Ya no buscamos una buena compañía con la que tener internet/teléfono/etc, si no en la que por lo menos nos den algo de lo que ofrecen, aunque sea una ínfima parte. Me explicaré: Si ofrecen 4 miserables Megas de conexión (que en otros países, aunque aquí estemos acostumbrados, esto es irrisorio), te dan 800k a MUCHO estirar. Es indignante que con letra pequeña te pongan: solo se garantiza la décima parte de lo anunciado.

Si no os parece indignante es por asquerosa costumbre. Porque tenemos asumidísimo que es lo normal y que lo normal no cambia (y prácticamente es verdad). Si se dice algo, en cualquier cultura se asume que esto es lo mínimo que se va a hacer y no hacerlo se considera mentir. Digamos las cosas por su nombre de una vez: las infraestructuras son muy deficientes. Y sí, eso es culpa de estas compañías que prometen tanto ofreciendo tan poco. Aquello que se han ahorrado haciendo un servicio mínimo que permita darnos la ilusión de que tenemos lo que se nos ofrece, está en sus bolsillos, no en los nuestros, que pagamos por un servicio de lujo para tener uno de tercermundista.

¿De verdad alguien se cree que las llamadas al extranjero son tan extremadamente caras?¿Que las compañías telefónicas se gastan un dineral para que nosotros podamos llamar a otro país y que por eso pagamos tanto? Y si fuesen realmente tan caras ¿no es posible que sea por errores organizativos absolutamente imperdonables en una época en que la gente de zonas geográficas totalmente alejadas se mezclan entre ellos sin ver frontera alguna más que las artificiales creadas antes de su existencia, normalmente por gente muerta? ¿De verdad alguien cree que es normal? En mi opinión es escandaloso, simplemente. Y si alguien no tiene esta opinión, estoy abierta a cualquier tipo de discrepancia argumentada.

Ahora viene porqué tanta rabia hacia ese tipo de manipulación: Internet a penas me funciona. Me he peleado infinitas veces con la compañía telefónica. Me he peleado infinitas veces con mi red. Y me estoy arremangando cada vez que la conexión se me va, haciendo las mil peripecias para que se produzca un milagro y me vaya como tiene que irme. Así que una hora de trabajo se convierte (con suerte) en dos horas perdidas imperdonablemente. El módem está viejecito, pero funciona, mi dispositivo inalámbrico funciona (me pelee 6 meses con la compañía para que me lo cambiaran) y ya no sé que falla. Solo hay tres explicaciones razonables:

1. El módem ha petado definitivamente. Espero que el shinigami que se haya encargado de él haya sido compasivo.
2. Mi ordenador se está acercando a un nuevo formateo.
3. La compañía ofrece una mierda de servicio (nada anormal y desafortunadamente frecuente).

Pues bien, si son el punto 1 o el 3, van a volver a rodar cabezas por Ono. Además estoy harta de coger aire y soltarlo antes de coger el teléfono para no ponerme hecha una furia e intentar tratar con un interlocutor que muchas veces puede ayudarme tanto como mi gato en estas cosas. Hablar educadamente con una persona que es totalmente inocente de que la compañía en la que trabaja sea absolutamente inepta en lo que en teoría tendría que estar especializada.

Francamente estoy harta de que te hagan dar vueltas de operador a operador, sin llegar nunca a nada. De que utilicen la carne de cañón a la que contratan para retener a los usuarios, para que tengan la ilusión de que sus quejas han llegado a algo quedándose exactamente igual. Si hay alguna palabra apropiada supongo que será maldad y avaricia.

Finalmente y para rematar las cosas de las que me tienen harta las compañías españolas: Estoy harta de que me llamen una y otra vez por el móvil ofreciéndome la oferta del milenio todas y cada una de las compañías, la mía inclusive. ¿Quién se han creído que son para tenerme en una lista con todos MIS DATOS y pedir, a la gente a la que contratan por un sueldo misérrimo, llamarme para que les compre, COMPRE, ¡COMPRE! ¡Y vea sus ofertas!? ¿Como puede ser legal inmiscuirse en la vida privada de la gente de esta manera? Cada vez que hacen eso, siento vulnerada mi privacidad y sinceramente creo que con razón.

Estoy harta de comprar, comprar, comprar. De ser el consumidor, el cliente, el deshecho al que se le tira la comida en un cubo como a los cerdicos (a los que tampoco es justo que se les trate así).

Y en definitva, estoy harta de que se tome tantísimo el pelo a la población, de tener que leer siempre entre líneas y de que se permita ese tipo de juego a las empresas.

Por cierto: Las llamadas con Yoigo duran solo 1 hora con 24 minutos. Cuando ha llegado a 1h 24min la llamada se corta. Si bien es muchísimo más barato que en las demás compañías y sale mucho más rentable, es evidente que se han omitido datos. La tarifa real es: Entre móviles Yoigo, las llamadas tienen un tiempo máximo de 1 hora y 24 minutos. Todas las llamadas cuestan 0’12 céntimos sin impuestos incluidos (añade 2 céntimos más). Es una buena oferta, lástima que otra vez se omitan las cifras reales a los consumidores.

PD: Acabo de llamar a la compañía... y la red me ha empezado a funcionar. Maldito Murphie.

Blogger: Aighash