7/2/08

Nuestros pequeños bocados de historia

En resumen: Quieren cerrar el museo arqueológico de Catalunya.

He ahí la recogida de firmas para evitar el cierre. He hecho la traducción de lo que se dice en la carta a firmar, está ahí abajo.

He traducido el nombre de algunos de los departamentos, pero no el de todas las instituciones. Las que me han parecido más evidentes o las desconocía y no eran especialmente relevantes para entender la carta en general, las he dejado tal y como estaban en el texto. Que sé que estos días no hay ganas de estrujarse el cerebro en ver palabros.

http://www.petitiononline.com/sosmac/petition.html

En esta web está le versión en catalán del texto que he traducido y debajo el botoncito para firmar si estuvieseis de acuerdo.

Departamento de Cultura y Medios de comunicación, Generalitat de Catalunya

Lisboa, Madrid, París, Londres, Roma, Nápoles, Berlín, Atenas, etc. Todas estas ciudades tienen en común el hecho de ser –o haber sido – importantes centros culturales y políticos, referentes dentro de sus respectivos ámbitos nacionales, y a menudo de un alcance que ultrapasa limpiamente estos límites. También tienen en común el hecho de tener, todas ellas, al menos un museo de arqueología, de orígenes y características muy diferentes, es cierto, pero museos de arqueología al fin y al cabo. No tenemos noticia que ninguna de estas ciudades –o las administraciones estatales de quienes dependen los museos – haya decidido prescindir de ellos; tampoco que ninguno de estos museos haya sufrido un estado de abandono permanente durante años.

Barcelona también es una gran ciudad, centro cultural (todavía) importante y sede de un poder político nacional muy limitado, pero con competencias exclusivas en el ámbito de la cultura. Barcelona también tiene (todavía) un museo de arqueología. Modesto, es cierto, si se lo compara con los de las capitales que hemos mencionado, pero que no se puede menospreciar, ni por la importancia de sus colecciones, ni por las infraestructuras de búsqueda de qué dispone –empezando por su biblioteca –, ni por el hecho de ser una institución con setenta y cinco años de historia, que ha tenido un papel central en la formación de varias generaciones de profesionales de la arqueología, entre los cuales figuras tan prominentes como Joan Maluquer de Motes, Miquel Tarradell, Pere de Palol, Antoni Arribas o Eduard Ripoll, por citar sólo algunos. También en este sentido el museo de Barcelona se puede equiparar con los de las ciudades mencionadas. Aquí, pero, se acaban los parecidos, porque el nuestro sí que ha sufrido durante muchos años un estado de abandono. Y porque, por lo visto, los responsables de la institución creen que ha llegado el momento de prescindir de él.

Los fundadores del Museu d’Arqueologia de Barcelona –con Bosch-Gimpera al frente– eran bien conscientes de que una ciudad y un país culturalmente potentes debían contar con un museo de arqueología capaz de cumplir las funciones formativas –en el sentido más amplio – y de búsqueda propias de estas instituciones. Con su creación, Barcelona y Catalunya se acercaban al modelo europeo que hemos evocado; con su desaparición, inevitablemente, nos alejamos. El sueño noucentista (y vanguardista) de un país normal, con un proyecto cultural equiparable al de la Europa culturalmente desarrollada, se sustituye por la pesadilla de la provincianización: un sistema de museos de segunda división para una ciudad y un país de segunda división.

Es cierto que el Museu Nacional d’Arqueologia de Catalunya está en una situación difícil, producto de la incuria de las administraciones, de la carencia de continuidad de la dirección (¿qué institución puede resistir siete cambios de director en doce años?) y de la ausencia de un proyecto museográfico bien definido y, especialmente, pactado entre los responsables de cultura de los diferentes partidos políticos, de forma que los cambios de gobierno no supongan cambios en la dirección del museo o, como mínimo, en los objetivos y estrategias. Evidentemente, el museo del siglo XXI no puede ser el museo de Bosch-Gimpera: hace falta una redefinición y remodelación a fondo (y de ejemplos, por cierto, no carecen, y dentro del mismo país, por ejemplo en Alicante). Pero nada de esto no equivale a la pura y simple disolución del Museo de Arqueología dentro de un museo de Ciencias Sociales. El cambio es necesario –que no se hable, pues de resistencia “al cambio”–, pero la dirección que se ha tomado para llevarlo a término es, al parecer de los abajo firmantes, equivocada. ¿Qué tiene de malo el modelo de las grandes ciudades europeas, incluyendo la capital de el estado español, que ahora precisamente lleva a cabo la renovación de su museo arqueológico y nacional?

Haría falta explicar bien porque no lo podemos seguir antes de emprender un camino incierto e inevitablemente traumático por las roturas que supone. Haría falta explicar también qué sentido tiene haber invertido durante estos últimos años unos recursos importantes –aun cuando fueran insuficientes – en remodelaciones y proyectos arquitectónicos para el MAC, inversiones que, por otro lado, habrán de continuar necesariamente durante años mientras no se construya el nuevo edificio.

Es posible que existan otras formas –como la propuesta por la Consejería de Cultura – de organizar el patrimonio museográfico de un país, y pueden ser eficientes, pero no necesariamente mejores que la que ya tenemos. Y lo que, en todo caso, es inaceptable es que se propongan como modelos a seguir museos como los de Lyon, Quebec, Escocia o Berlin. Cualquier persona mínimamente informada sobre el tema sabe que el primero todavía no se ha hecho, y que cuando se haga no supondrá la desaparición del museo de arqueología, como tampoco lo supuso la creación del Museo de las Civilizaciones quebequès. La reordenación de los museos de Berlin no ha representado tampoco el cierre de ninguno de los museos de arqueología de la ciudad. El gran museo nacional de Escocia, que ha de incluir en un solo complejo el arte, las ciencias naturales, la arqueología, la etnología y la historia del país, es también un proyecto en vías de ejecución. En ninguna parte no hay, por lo tanto, verdaderos paralelos al museo de sociedad que se plantea.

Añadamos todavía las incoherencias y las incógnitas del mismo proyecto. ¿Por qué razón un museo que, según se ha dicho, busca un discurso global sobre el desarrollo de la sociedad en Catalunya no debería contar con los materiales del MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya) o el mNACTEC (Museu Nacional de la Ciencia i la Tècnica de Catalunya), que constituyen algunos de los exponentes más brillantes? Digámoslo de otra manera: ¿por qué razón debe fagocitar el MAC, y no el MNAC o el mNACTEC, cuando los fondos de los tres museos son igualmente importantes para el objetivo que se dice que se pretende lograr? O, todavía de otra: ¿qué interés hay en hacer desaparecer el MAC? ¿Y cual es la naturaleza d’este interés?

Y, con respecto a las incógnitas, se nos presenta, de un lado, un proyecto de Museo sin ningún plan de viabilidad, ni financiación, ni localización ni desarrollo museístico. Un proyecto totalmente vacío de contenido, y que parece hecho sólo para hacer volar palomas. Y, por otra parte, ¿cual será el destino de las diferentes sedes del MAC? ¿Será el año del centenario de las excavaciones en Empúries el momento de un cambio de rumbo de consecuencias imprevisibles para esta sede?

El Museo de Arqueología de Catalunya puede ser -debe ser – una institución potente, que trabaje en red con y en todo el territorio, y que apoye a la arqueología del país, tanto en la búsqueda como en la conservación y la difusión del patrimonio al gran público, con los medios más actuales. Tan sólo necesita una pizca de inversión, más recursos, entusiasmo y, muy particularmente, un proyecto claro, tan consensuado como sea posible –creemos que las Universidades, el IEC, el ICAC, las diferentes asociaciones profesionales tienen algo a decir–, que esté al margen de los avatares de cambios de gobierno (que en este país, y debe de ser uno de los pocos lugares del primer mundo, parece que comportan casi automáticamente cambios de dirección de instituciones como el MAC) y que recoja, mejorándola y ampliándola, la herencia intelectual dejada, precisamente, por el gran proyecto noucentista, interrumpido, pero no liquidado, por la dictadura franquista.

Para más información sobre el estado del museo:

http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080207/53433742003.html


Pues nada. Lo normal en la mayoría de países es maltratar la cultura y en este se hace especial alarde de semejante atrocidad. Con ese teórico "museo de la sociedad" del que no se sabe nada y que he visto que se han sacado de la manga hace poco, del que no han hablado mucho (porque a la gente le importa un pepino, no saben ni donde está el museo arqueológico), se pretenden aunar los museos de arqueología, etnología y historia.

Todos estos museos suelen estar especialmente vacíos. Raro es el visitante que se cuela a admirarlos y si lo hace se encuentra con museíllos de tres al cuarto (y no por falta de calidad y cantidad de piezas o calidad de sus investigaciones, si no por falta del presupuesto que teóricamente se le tendría que proporcionar y falta de espacio para exponer todas las obras que alberga almacenadas). "Lógicamente" la solución más viable es fundirlos en un museo de las "Ciencias Sociales", destruyendo los actuales y llevándose lo que fuese importante al nuevo museo. Los políticos abren los ojos de la gente con cosas nuevas, que huelan a cimiento y yeso frescos, como el dorado abre los ojos de las hurracas. Es muy penoso que sean incapaces de inculcar el respeto por la cultura a la gente. Y creedme, hay mucha gente que lo desprecia, gente a quienes no les importa en absoluto nada de estas cosas y creo que la mayoría de veces (no todas, por desgracia) es por desconocimiento.

Se habla mucho de ignorancia y he visto mucho por la facultad cierto sentimiento de superioridad (que por otro lado, muchas veces puede no ser intencionado) hacia gente que no ha sido educada con los mismos principios y según el tipo de "sensibilidad" que suele imperar por entornos más culturizados como las universidades. Me apena, sí, me apena profundamente. Si realmente no hay una fuerte motivación hacia los temas culturales es porque no se habla de ellos. ¿Cuántas veces habréis cogido un periódico y visto los hallazgos arqueológicos más recientes en vuestra zona? ¿o las opiniones sobre exposiciones que se hacen en pequeños museos? No me extrañaría que se os haya pasado por alto o no lo hayáis visto en la vida. Si ese es vuestro caso, me encuentro en la misma situación. Y sin embargo los pequeños museos y las campañas arqueológicas se extienden por toda España sin excepción. Aunque se les pongan todas las trabas del mundo, ahí están para que podamos disfrutar de ellos cuando nos enteremos de que también forman parte del legado que nos han dejado el paso de incontables vidas sobre nuestro planeta.

Blogger: Aighash

5 comentarios:

Deka Black dijo...

Bueno, la cuestion para mi se reduce a ¿quien sale beneficiado de verdad con esto? y sintiendolomucho no halod ecultura, si no de dinero. Sigamos el dinero y llegaremos a quiens e beneficia.

Aighash y Moreloth dijo...

... me la suda infinitamente. Si hacen eso por dinero es simplemente porque son unos desgraciados. Porque no se han emocionado nunca pensando que la escultura que ven lleva miles de años devolviendo las miradas a aquellos que la observan. Y si lo han hecho, es por pura maldad y subterfugios.

(Aighash)

Aoshi dijo...

Bueno, no voy a entrar en el tema de por qué sí o por qué no, porque voy a acabar diciendo lo mismo de siempre (blablabla malos, blablablabla más malos, blablablabla el dinero blabla una mie**a... XDD).

Lo que sí quiero decir es que dejas ver uno de los grandes (y muchos) problemas de esta sociedad, y no me refiero a la dejadez mayoritaria por la cultura o la historia, sino ya el desconocimiento total.

¿Sabíais que el MARQ (Museo Arqueológico provincial de Alicante) es junto Guggenheim de Bilbao el único en España que ha ganado el premio "Museo Europeo del año"? Pues en esta misma ciudad hay quien ni siquiera sabe que existe este museo.

He ido tres veces y en las tres aquello estaba prácticamente abandonado. Aunque reconozco que yo tampoco soy una excepción, pues de las tres veces que he ido al MARQ y el resto de exposiciones que he visto por todo Alicante, han sido con el colegio o porque algún amig@ me ha llevado ^^U

Caterina Cortès dijo...

Esto es indignante! Y tienes toda la razón en el último párrafo. Hace unos meses, un reportero iba preguntando a jóvenes quien era el tipo de una foto que les enseñaba (era Franco) y solo uno lo supo. En el programa venga reirse de la ignorancia, cosa que no me hizo gracia. No será que no lo saben porque la enseñanza está por los suelos y la culpa NO la tienen siempre los alumnos? Es lo que decías de los museos. Se habla de muchos temas por tv, radio y prensa pero de cultura poco. Tengo la sensación últimamente que la cultura tambien se politiza mucho y la usan según conveniencia de cada partido. Si quitan el museo, visto desde mi punto de vista es un retroceso, un paso atrás. Mal vamos...

Aighash y Moreloth dijo...

Bueno, técnicamente "no lo quitan", lo funden con los museos de historia y etnología haciendo un mega museo q esté bien, con nuevas tecnologias, etc etc etc.

El caso es que la última vez que hicieron un mega plan de estos, nos pasamos 15 años sin museo de arte.

Si en vez de eso, se les diese a los museos existentes unas ayudas como dios manda (como se dijo que se haría), en vez de decir: amos a hacer una cosa totalmente nueva que nos va a costar un dineral. Y mientras decir a los museos actuales: esque la situación es precaria... no se puede dar mucho dinero, estamos pobres.

Por dios, si el museo arqueológico está con goteras. Incluso he leído que se le cayó un falso techo del estado en el q está (algo de lo que nadie se enteró, por cierto XD).

De hecho el problema reside en lo que se dice en la carta: para hacer un museo nuevo no se prescinde de los antiguos. Y como se dice en "la vanguardia": una generación entera se va a quedar "sin arqueología".

En fin. Q tienes razón Caterina, q tienes razón.

(Aighash)